jueves, 15 de septiembre de 2011

EL OLIMPO SEGÚN CARMELO BLÁZQUEZ

Cada artista tiene su particular olimpo… El de Carmelo Blázquez no es otro que un edén repleto de dioses volubles y efímeros, que pueblan su ara personal, y gracias al subterfugio de la red, perduran inmortales en el arca del tiempo. Si Fidias, el divino, levantara los ojos, no hallaría quimera tan perfecta, ni lucidez capaz de realzar de igual manera el cuerpo masculino, sin renunciar a su carnal naturaleza. Porque su canon es el hombre captado como un héroe, Carmelo se desliza hasta el templo de las artes en busca de deidades voluptuosas encarnadas en músculo, aunque libres de afeites y de ungüentos. De esta forma cobran sentido el mito y  la historia. Pero no queda todo en un culto a Ifigea. Porque sus retratos trascienden esos ritos arcanos, para terminar invadiendo el terreno carnal de los mortales…
Carmelo mima a sus modelos como nadie. Él sabe acomodarlos confortablemente en su privilegiado territorio. No se trata de superhombres de la pantalla, ni siquiera de dioses de la pasarela. Son chicos de la calle que se cruzan con él, o a través de las redes sociales, y al embrujo de la máquina se travisten de ídolos. De esta forma el hombre se entrega sumiso, regalando a su artífice unas horas de vida. Y al final, sólo queda el retrato como estímulo de ese leve milagro. Como un acto recíproco y fugaz, un trueque cuyo acicate son la belleza y la gloria. Impenitente carretereño y andaluz errante por el mundo de la imagen, Carmelo Blázquez concilia sabiamente creación y criatura. Y así forja al hombre a su imagen y semejanza, sin concesiones a la banalidad. Un hombre a quien sitúa descarnado frente al cosmos. Como un adán que, a golpe de miradas y talento, va poblando día a día su olimpo virtual de semidioses…

Y lo hace posible en el punto mágico donde la luz se funde con la sombra.

Proyectos:
El sueño de Fidias

Nuevas visiones y perspectivas sobre la masculinidad hacen acto de presencia en esta serie, donde Carmelo Blázquez comparte con el genial ateniense el sueño de esculpir un cuerpo idealizado, pero sin llegar a tocarlo con los dedos.  
Apollo Belvedere

En la más célebre versión helenística del dios Apolo, Carmelo se sirve del contraste existente entre el modelado mórbido del cuerpo y los pliegues de la clámide, para crear intensos claroscuros.
Arcanos /Eros /San Sebastián

Tanto las series Eros y Arcanos, inspiradas en la mitología griega, como la dedicada a San Sebastián, el deseado, de inequívoca evocación martirial, ofrecen diferentes perspectivas del cuerpo masculino, en sus visiones más clasicistas, pero sin renunciar al claroscuro como elemento catalizador.

ARCANOS
Otros trabajos de la serie

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...