El Vaticano ha expresado su oposición a la histórica resolución sobre la orientación sexual e identidad de género recientemente aprobada por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, con sede en Ginebra, que por primera vez ha condenado de forma expresa los actos de violencia y discriminación en cualquier lugar del mundo por razón de orientación sexual e identidad de género. El representante vaticano ante la sede ginebrina de Naciones Unidas, Silvano Tomasi, considera que la resolución busca “restringir la libertad de la iglesia”. “La resolución marca un cambio. Se ve como el comienzo de un movimiento dentro de la comunidad internacional y las Naciones Unidas para incluir derechos de los homosexuales en la agenda global de derechos humanos”, ha declarado. Tomasi, que se opone frontalmente a que los términos “orientación sexual” e “identidad de género” entren a formar parte del derecho internacional, ha llegado a afirmar que “todas las sociedades regulan el comportamiento sexual, hasta cierto punto -al prohibir prácticas como el incesto, la pedofilia o la violación- por el bien del bien común”.
Silvano ha matizado que el Vaticano se opone de todas formas al uso de la violencia contra las personas homosexuales. “Creo que la violencia contra las personas homosexuales no es aceptable y debe ser rechazada, a pesar de que esto no implique una aprobación de su comportamiento”, afirmó. No se trata, ni mucho menos, de la primera vez que el Vaticano se opone a una medida de Naciones Unidas a favor de los derechos LGTB. Recordemos que ya en 2008 la Santa Sede lideró la oposición a otra histórica declaración, firmada entonces por 66 países, que pedía la despenalización universal de la homosexualidad (a la que posteriormente se sumó Estados Unidos tras la victoria electoral de Barack Obama).
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