Formado en el seno de una familia tradicional americana, el fotógrafo Josh McNey, a los 18 años se alistó en los marines y bajo el amparo de la política'Don´t Ask, Don´t Tell'(No preguntar, no decir), estuvo allí cerca de 7 años. Su afición por la fotografía fue una forma de reivindicar su diferencia. Una forma de salir de su armario interiorizado.
McNey comentó: "Tenia miedo de mi sexualidad, me daba pánico mirar. Yo no quería ser" atrapado" mirando a los chicos. Creo que esta estrategia de adolescentes de la castidad visual hizo que todo sea más urgente que encontrar una manera de legitimar la mirada fija. La fotografía convirtió para mí en tanto un aparato y una metáfora de la que sale como un hombre gay. Mostrando mi trabajo es un paso más en esa dirección. "
Josh vive en Manhattan junto a su novio Gideon, publicando sus trabajos en su propio blog http://www.joshmcney.com/blog.html Repasando el paisaje americano, sus gentes, naturalezas muertes, lucha libre o vaqueros. Dos aspectos aparecen siempre: la naturaleza y el cuerpo masculino. Su trabajo ha sido como un viaje en busca de la luz, que la ha encontrado a través de la fotografía y ha descubierto que no le asusta.
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