Para cambiar el chip de vez en cuando, nada mejor que adentrarse en otras culturas, como la japonesa, cuya representación del desnudo masculino circula por universos paralelos, aunque distantes a veces de los nuestros. No se trata de que las preferencias de los nipones por un tipo determinado de chico nade a contracorriente. Esto es del todo improbable, porque la globalización de la imagen unifica criterios y derriba viejos muros en la estética figurativa. Pero, los vectores entre Oriente y Occidente se invierten a veces.Aunque las artes plásticas en el país del sol naciente se encuentran hoy significativamente influenciadas por la estética de Occidente, también es innegable que el dibujo japonés por antonomasia, el manga-anime, ha creado un estilo propio de diseño que goza de gran aceptación internacional, que ha sido exportado con éxito, con fuerte arraigo dentro de nuestras fronteras, e imitado hasta la saciedad por propios y extraños.
Jiraiya (pronúnciese 'Yiraia') es un artista del anime erótico, tipo hentai, especializado en dibujar para un público mayoritariamente masculino y homosexual. El cómic gay es conocido como yaoi y su implantación en el ‘País de las Libélulas’ –nombre antiguo del Japón- ha sido enorme de unos años a esta parte, dando lugar a una diversidad de subgéneros, atendiendo a la especialización y a los gustos de los seguidores. Dentro del yaoi dedicado a los varones, destaca como subcategoría el bara, que representa a hombres musculosos y fornidos, velludos y de aspecto entre duro y bonachón, equiparables a nuestros bears, voz inglesa de la que deriva a fin de cuentas. Jiraiya también idealiza en sus retratos al hombre que colma sus preferencias personales, deformando y exagerando los rasgos de un cuerpo inmenso y desmesuradamente musculado. Sus figuras son realistas y reflejan al hombre muy varonil, pero con carácter agradable, amante de los perros y al gusto de muchos japoneses. Un ideal de chico que aquí no siempre se ve correspondido por la mayoría de dibujantes, más ocupados en representar al hombre de belleza griega y cánones clásicos, olvidando que hay otro público y otros mundos figurativos aún por descubrir.
Si eres Bear, Leather o Chaser, o te gustan los chicos grandotes y con músculos exageradamente irreales, pero no imposibles, este es tu artista. El japonés Jiraiya, con sus originales retratos digitalizados y sus comics de corte clásico, da un giro de tuerca al imaginario homoerótico nipón más vanguardista, consiguiendo crear ese tipo de hombre de aspecto duro, pero todo corazón.
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El artista:
Jiraiya, que en japonés quiere decir “El hijo del trueno”, es el pseudónimo de un pintor, que adopta el nombre de un personaje imaginario y pícaro de la cultura nipona. Su nombre real y su rostro permanecen ocultos por deseo expreso del artista. Tan sólo algunas fotos de espaldas y unas caricaturas a manera de autorretrato nos informan sobre su aspecto físico. Sabemos también que nació el 28 de abril de 1967 y que a los veinte años ya quería ser dibujante de cómic.
El libro The Art of Jiraiya, editado en 2007 por H&O, contiene un muestrario del quehacer de este artista. En nuestro país, Jiraiya ha publicado algunas series de bara anime en español, gracias a la editorial La Cúpula (Comix, Novela Gráfica). Puedes encontrar títulos como Habitación para cinco, Trío de ases o Querido Profesor.
Gracias a la revista gay japonesa G-men, Jiraiya pudo cumplir el sueño de llegar a representar el tipo de hombre que le gustaba. Así, a partir de 1994 comenzó a dibujar sin descanso cada mes para la citada publicación y entre 2001 y 2006 fue el autor de todas las portadas de la misma, sustituyendo al insigne maestro Gengoroh Tagame, el más genuino impulsor del anime bara. Los chicos G-men son siempre musculosos, a veces velludos o depilados, gordotes, pero no tipo chubby, y asiáticos, aunque no siempre, aficionados a esa clase de ejercicio físico que practican los hombres duros, como los deportes de contacto o el levantamiento de pesas.
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