La industria de cine pornográfico americano tardo mucho tiempo en reaccionar ante la pandemia del VIH/SIDA. El miedo a perder un floreciente negocio se puso por delante de la necesidad de combatir el virus y proteger a sus estrellas. Pero centenares de jóvenes acudían para conseguir una vida mejor y debian aceptar tener sexo sin preservativo, sólo para realizar una prueba como estrellas de porno gay, el mas afectado.
Cuando a finales de los 80 reaccionaron ya era tarde, la pandemia había afectado a muchos actores, algunos de ellos fallecieron. La mayoría de estudios obligaron el uso del condón, especialmente en California donde la ley llegó a regular su uso. Aunque siempre hubo algún discrepante como el actor Jeff Palmer que negó la existencia del virus y siguió realizando films a pelo. (Actor que una vez diagnosticado se niega a recibir los retrovirales e intenta superarlo a través de la fe y el cannabis). Y estudios que se fueron a rodar a otros estados sin leyes que les obligaran.
Una de las victimas de esta política industrial fue Johnny Rahm (Thomas Barry T.B. Rogers). Formado dentro de una estricta educación cristiana. Expulsado de la escuela cristiana al salir del armario, marchó a Hollywood a buscar fortuna en el cine, pero lo único que encuentro fueron pequeños papeles en el cine porno.
Tras ganar un importante premio logró papeles de protagonista en los mejores estudios (Falcon..), compartiendo espectaculos bareback en un club gay. Cuando fue diagnosticado del VIH marchó a Georgia, pues ya no le ofrecían papeles. Allí trabajó en una productora (Dick Wadd) en 2 films de sexo duro y sin condón.
El trabajo duró poco y los recursos económicos se acabaron, llegó la depresión y la hepatitis, perdió la casa, la seguridad social le negó asistencia y en el 2004 acabó suicidándose. Como él muchos actores han sufrido procesos similares, una vez diagnósticados son lanzados a la marginación y al mundo del porno bareback que sigue obviando todo mensaje de prevención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario